aún no sabe si el sol sale para que cante el canario o si el canario canta para que salga el sol. lo cierto es que todas las mañanas, muy temprano, pone la jaula cerca del ventanal y el mundo vuelve a empezar. teme con horror dejar un día la puertita de alambres abierta, u olvidarse del traslado ritual a la ventana y que la noche sea para siempre. pesando esta posibilidad, decide no dormir; entonces la oscuridad no llega y ella deja escapar al canario, que ya no le sirve.
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martes, 14 de agosto de 2007
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